Muy pocas personas quieren enfrentarse a si mismo. Hacerlo implica conocerse de manera completa. Saber que no solo somos eso que creemos ser sino también que tenemos muchos aspectos que negamos. También es fundamental saber que muchas veces tenemos que hacer sacrificios para lograr lo que queremos y que no todo se da por la vía del placer. Lo ideal es dedicar un tiempo de nuestra vida a conocerse a uno mismo en soledad. De ahí que muchos detestan estar solos. Enfrentarse a uno mismo en solitario provoca miedo y es doloroso, y uno tiene que sufrirlo. Nada debe hacerse para evitarlo, nada debe hacerse para desviar la mente y nada debe hacerse para escapar de ello. Uno debe sufrirlo y pasar por ahí. Este sufrimiento y este dolor es una buena señal de que te acercas a un nuevo nacimiento, porque todo nacimiento es precedido de dolor. No puede evitarse y no debería evitarse porque forma parte de tu crecimiento.
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